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Tenemos el agrado de anunciar que el Ing. Nelson Morrison, a través de ConstruAprende, pone su libro digital como un regalo, para todo el que desee descargarlo.
PASOS PARA DESCARGAR:
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PROLOGO:
Hacer el trabajo de garantizar la vida de los usuarios que somos todos, no es una responsabilidad menor. Haber logrado hoy en día predecir qué ocurrirá con una edificación o puente que solo existe en un modelo matemático, tras utilizar unos materiales a los que se le indica la calidad y de los que se espera que se com- porten de una manera determinada, y que trabajen con unas fuerzas que también son estimadas, es realmente una gran hazaña. Y, con toda la confianza, dar la orden de que se ejecute esa obra, porque aseguramos que tendrá un buen desempeño por muchos años, muchos más que los años que nos restan.
Podemos diseñar nuestra propia casa y realizar un bunker si nos lo proponemos; pero no será solo ahí donde desarrollaremos nuestra vida. Tenemos que desplazarnos a las escuelas, al supermercado, al cine, al banco, al hospital, a la universidad, a la casa de amigos o familiares, al aeropuerto, a la iglesia, al museo, al Metro, al otro lado del río, a un hotel, a un restaurante, a un estadio, a un salón de baile... en fin, tenemos que visitar muchas estructuras y no sabemos qué tan bien edificadas están las que usamos. Por eso, es una responsabilidad de los diseñadores que estas obras sean capaces de garantizar la vida de los usuarios sin llegar al sobre diseño, ya que no sabemos en cuál de ellas estaremos durante la ocurrencia de un sismo.
Ver una majestuosa estructura y no impresionarse es imposible para un real ingeniero estructural. De inmediato analizamos mentalmente el modelo que observamos e interpretamos con rapidez las soluciones empleadas, o iniciamos un modelo en paralelo que manifieste nuestras soluciones o criterios. Y eso ocurre en pocos minutos de observación, motivados por la pasión por las estructuras.
Me formé como ingeniero estructural con la visión de que esta profesión debería ser entendida hasta por los que no son ingenieros. Como dice el CEO de CSI, Ashraf Habibullah, “en cada estructura hay un Ingenie- ro Estructural dentro, así como en las computadoras hay un procesador Intel Inside”.
Las estructuras se clasifican en dos grandes grupos: discretas y continuas. Las discretas tienen sus elemen- tos claramente identificados. Por ejemplo, una torre de comunicación está formada por muchos elementos rectos en el espacio, que son las barras en forma de tubos o angulares, o un edificio metálico o de con- creto está formado por vigas y columnas. En cambio, las estructuras continuas son aquellas en las que no podemos identificar los elementos que la conforman.
Las percibimos como un todo. Es el caso de una presa de concreto o de tierra, la cual vemos como la unidad, o una simple losa de una casa, que es un área con dife- rentes apoyos y cargas. Para estudiar estas estructuras debemos segmentarlas según nuestro conocimiento y experiencia en piezas de formas fáciles, como un rectángulo o triangulo, y luego de tener bajo control el estudio de su comportamiento de forma individual, proceder a ensamblar sus partes y obtener la solución global a esa estructura.
No es posible el desarrollo de la profesión sin las tec- nologías con las que contamos. No podríamos predecir sin modelar. La computación nos permite aplicar una solución luego de haber ensayado varias alternativas: es el laboratorio más económico que podemos tener. Mi primera estructura fue un edificio de dos ni- veles de pórticos de concreto para la Corporación Dominicana de Electricidad. Fue diseñado en el 1991 y está ubicado en la avenida Venezuela, en el complejo eléctrico llamado Los Minas 1 y 2, en Santo Domingo Este. Ese análisis lo realicé con el programa BERNI del Dr. Bernardo Deschapelles, un software para el aná- lisis de pórticos en dos dimensiones. Lo primero era llenar el archivo de datos en MS-DOS con los rigores del Fortran. Los elementos fueron diseñados con el software de diseño del ingeniero Fernando Perdomo. Ese primer edificio es como el primer beso en tu vida, que sobrepasa a la dama misma a la que se le da y solo queda en la memoria el hecho mismo.
Desde 1991 hasta 2021 han sido 30 años de Inge- niería Estructural. No se trata de una vida por un lado y de las estructuras por otro: he vivido entre ellas. No hay un día de esos 30 años que no tenga pendiente concluir o iniciar un proyecto. Los proyectos no son más o menos importantes. Pueden ser más grandes o pequeños, más simples o complejos, bien o mal paga- dos; pero para cada propietario o cliente es su proyecto. Por eso, la calidad debe ser la misma, ya que la calidad no es del proyecto: es la calidad del proyectista la que se aplica al proyecto y esta no debe variar.
En las aulas aprendí mucho. Pasé por aulas como estudiante y otras como profesor; más años de docente que de estudiante. Creo que con la misma pasión en cada caso. Aprender cosas nuevas como alumno fue ir descubriendo nuevos retos de la carrera. Como profesor, pude demostrarme a mí mismo qué tan bien me sabía lo que intentaba enseñar. Me di cuenta de que dominaba muy bien una parte de los temas y que otra no tanto. Eso me hizo prepararme para poder enseñar. Entendía que no podía ir a un aula sin haber revisado y estudiado en excelencia la asignatura que tenía como responsabilidad. Dos horas de docencia significan, al principio de una asignatura, cerca de 4 horas mínimas de preparación. No es entender un concepto, es poder explicarlo y eso tiene diversas vías. Me había dicho: “Seré un profesor como Félix Lara, que llega con el borrador y la tiza al aula. Se sabe el programa que va a impartir y nunca se equivoca en los ejercicios o teo- remas que nos presenta”. Pero para llegar ahí hay que haber hecho todos los ejercicios de todos los libros que tengas a mano sobre el tema. Confieso, con modestia, que pude seguir su ejemplo.
En este libro no haré un recuento de 30 años de diseños, supervisiones o construcciones. Eso lo dejaré para otra publicación. Sí les diré que he disfrutado lo realizado. Cada año es un nuevo reto. Tengo en mi memoria estructuras de todos los tipos, de diversos materiales: madera, concreto, mampostería y acero. Y también en diversos países. 20 de esos 30 años los he pasado trabajando junto a la principal empresa del área, un referente global como lo son Google, Face- book, Amazon, FedEx, Twitter, Microsoft o Apple. Se trata de Computers and Structures, Inc. (CSI), el mayor referente para la Ingeniería Estructural en los últimos 46 años.
Luego de 30 años de ejercicio profesional, me doy cuenta de que necesito 30 más para seguir aprendiendo y aplicando esos conocimientos. Después de esas otras tres décadas pensaré en retirarme de este maravilloso mundo de las estructuras.
En este libro les contaré sobre vivencias antes y durante esos 30 años.
